Nuestros protagonistas se reencuentran varias encarnaciones después tras unas breves vacaciones en la Atlántida, y tienen que contender contra las fuerzas oscuras conocedoras de la magia y los antiguos rituales secretos. Vivirán junto a ellos fenómenos paranormales que les sobrecogerán el alma, conocerán la cualidad mental del universo y de nuestra realidad intrínseca, y se harán amigos de las más altas jerarquías espirituales del cielo, que nunca dejan de rondarnos y hacen varias veces aparición lo largo de estas páginas.
Ahora es el demonio Baphomet el que nos mostrará sus poderes y sus flaquezas, y quien junto a otros personajes famosos conseguirá que el lector se mueva vertiginosamente de un universo al paralelo sin dejar de reír ni un instante, siguiendo el sacrosanto manual del "Curso de Viajes Interestelares".
"Al principio, en mi cabeza sólo había desorden y oscuridad", nos confiesa su autora al principio, y luego, como si fuera una catarsis o una metamorfosis, sintió una nube sobre su cabeza, cual musa, daimon o lengua de fuego apostólica, que fue poniendo orden y claridad a ese aparente caos y desorden. Y entonces, sólo entonces, ocurrió el milagro, el de la necesidad de contar, más bien de revelar, ciertos arcanos insondables que nos afectan más de lo que nos imaginamos y poner conexiones a hilos invisibles y cables rojos que antes parecían estar inconexos.
Fruto de ese día, de ese satori, de ese memento mori o de
esa "conexión", surgió de corrido no solo un libro, como sería de
esperar, sino una trilogía, porque tan necesario era para ella
expresarlo como para los lectores el comprender la gran ley de polos
opuestos o el curso acelerado de viajes interdimensionales, por poner
sólo dos ejemplos de los muchos vericuetos por los que transitan sus
páginas.
Y uno, al leerlo, se pregunta cuestiones nada baladíes como: ¿por qué
dirá que toda esta historia es un melocotonazo? ¿qué ocurre cuando
algunos seres oscuros creen que la Tierra, poblada por tantos miles de
millones de humanos, es una especie de despensa de energía vital que
alimenta lo que no está escrito? ¿Y si además los personajes pueden
saltar de una dimensión a otra y generar universos para perpetrar sus
planes? ¿Quién mueve realmente los hilos de este planeta llamado Tierra?
¿Qué es lo que tienen previsto para el Día del Gran Evento?.
Y saldrán a relucir paisajes como Ávalon, los registros
akáshicos, dimensiones paralelas, multiversos, la Atlántida, Roswell o
el mismísimo Infierno, poblados por personajes estrafalarios y demonios
de baja estofa como Yúleris o Grises, o altos jerarcas como Belial y
Baphomet. Vaya mezcla, dirán. A veces huele a chamusquina y otras a
gloria bendita.
Nombres y situaciones que bien hilados, zurcidos y encurtidos, nos
conducen a situaciones físicas (con connotaciones metafísicas),
rocambolescas (a veces a ritmo de rock and roll), historias increíbles
(que podrían ser muy creíbles), a elementos sobrenaturales (más
naturales de lo que usted cree) y a planos que subyacen y se incardinan
en otros planos. ¿Un lío? Que va. La autora parece que tiene un joystick
que dirige hábilmente su software, su juego informático-generacional y
las mentes de sus protagonistas, de esta y otras vidas. O bien parece
que posee su batuta mágica, con la cual dirige la orquesta a través de
partituras en las que participan a modo de danza cósmica Sara, Carlos,
Pascual, Ernesto, el elfo Silverio o el inefable y camaleónico Vaarth...
Y, además, aderezado con guiños a otros personajes
históricos, que también juegan un papel importante en este juego de
tronos melocotoniano. La luz y la oscuridad, el Caos y la energía
amorosa, las jerarquías celestiales e infernales en su perpetua lucha,
acechando y conspirando para que unos u otros se salgan con la suya,
pero todo ello alambicado de una manera original, divertida y con un
estilo "magosiano" que no deja indiferente. Además, por si fuera poco,
con un profundo mensaje (a veces subliminal) que puede abrir mentes
cerradas y despertar a algún que otro dormilón en este plano de
consciencia y de existencia.
"El ser humano es único en la Creación porque mejora instantáneamente
todo cuanto toca", nos dice su autora en el tomo segundo, porque lo que
aprendemos en el alma se graba a fuego en nuestra esencia y ya nunca
desaparece. Este libro es para eso, para recordar y para aprender.